Capítulo 37


19 de agosto – 30 de septiembre de 1975


INTRODUCCIÓN

Debido a que en esa fecha (10 de noviembre de 1996), solo hubo tiempo para una hora de conversación, este es un capítulo breve. No obstante, parece contener mucho del otro aspecto esotérico o extraño de la existencia de Krishnaji, lo que es tratado por Mary.


Mary: Bueno, empezamos con el martes diecinueve de agosto de 1975 y estamos en Gstaad: ‘Krishnaji me dictó una carta para Pupul, preguntándole sobre el actual clima político, por su planeado viaje a India en ese invierno. ¿Cuál era el propósito o el sentido de ello? Él tenía el mismo cuerpo, pero ahora con más de 80 años, debía considerar la mejor forma de vivir sus próximos 10 o 15 años. Dijo que tenía el derecho a preguntar por qué es que, en todos esos años, siquiera una sola persona en India estuvo total y completamente comprometida y dedicada a vivir las enseñanzas. Agregó que aquellos en India, América, y en Inglaterra, deben considerar cómo él puede pasar el resto de su vida, más provechosamente para las enseñanzas. También preguntó si habían leído el libro de Mary Links, luego que ella envió copias a varias personas en India; pero en su carta de esta mañana, dijo que no escuchó ni una palabra de acuse de recibo, o comentario alguno’.

Scott: ¿Mary Links no recibió respuesta?

M: Así es. ‘Mary, no recibió ni una palabra de Pupul, cuando a ella le dio una copia en junio; solo escribió Shiva Rao. Krishnaji, dijo que así son los indios, no agradecen, lo dan por hecho, se sienten superiores. Pupul ve a los Lilliefelt y a la gente de Brockwood como de clase media, y Madhavachari menosprecia a todos que no son indios. Krishnaji, dijo que Pupul y su grupo desconfía de Shiva Rao, porque lo consideran espía norteamericano’. [Ambos se ríen]

S: Bueno, la CIA(1) ha caído muy bajo, pero… [Risitas]

M: ‘Ella y los otros nunca contestaban preguntas políticas frente a él, y cuando Pupul invitó a la señora Gandhi a su casa para cenar con Krishnaji, no incluyó a Kitty y Shiva Rao. Él tomaba todo esto como algo grave. Me leyó del periódico Herald Tribune, que le habían cortado los servicios de télex y teléfono al corresponsal del New York Times en India, por no autocensurarse; y que también fue rehusada la entrada de un ciudadano israelita que en noviembre, debía participar en una convención sobre telas. Los otros miembros de la convención aconsejaron respecto a sostenerla en India. Krishnaji dijo con vehemencia: «Quisiera organizar un partido político, no de derecha ni de izquierda, sino un partido mundial». Lo repitió mientras miraba las noticias por televisión. Nos miramos, y luego suavemente agregó: «¡Dios no lo permita!…»’ [Risitas de S]

El veinte de agosto: ‘Fue un día gris. Una mujer llamó dos veces, de parte de otra llamada Swami Hridayananda, de la Sociedad Vida Divina, para ver a Krishnaji. La primera vez le dije que “no”, pero como llamó otra vez, Krishnaji dijo: «Está bien, pero solo cinco minutos». Ella vino, y era una mujer india de mediana edad, una doctora oculista, con ropa naranja y cabello suelto. Krishnaji, la vio por casi una hora. Él luego dijo que le había dicho: «Si usted me escucha, se perderá», queriendo decir en su vida presente’.

S: Mm, hm.

M: ‘Ella había empezado a dudar y estaba temerosa; había abandonado la práctica como doctora,  incluso a su esposo e hijos, para unirse a la Sociedad de la Vida Divina. Está continuamente dando giras de conferencias sobre el Bhagavad Gita, el yoga, etcétera. Krishnaji fue compasivo sus problemas. Luego fuimos a caminar’.

Al día siguiente: ‘Hubo una carta de Mary L., con una buena crítica sobre la biografía en el periódico Irish Times. Caminamos otra vez’.

EL viernes veintidós: ‘Llovió, fui al banco central cantonés por las inversiones de Alzina, cambié bonos daneses por noruegos; luego agregué un poco del resto en efectivo al “Fondo fiduciario educativo”. Los fondos pagaban de 9% a 8,25%, de los cuales, Krishnaji tendría unos $3.200 francos suizos anualmente. Bill Burmeister vino a almorzar con Krishnaji y conmigo; después fuimos donde Krishnaji tuvo su corte de pelo. Luego, fuimos a buscar calzados a la tienda del señor Kohli en Saanen. Nadia Kossiakof llamó desde París. Marcelle Bondonneau, quien se fue el lunes, está en terapia intensiva, con una afección de vesícula en un pabellón del hospital parisién.

El día veintitrés: ‘Krishnaji, desde anoche, continuó con el estómago revuelto. Se quedó en cama todo el día. Llovió e hizo bastante frío. Las noticias sobre Marcelle (Bondoneau) no son buenas. Está con un dializador’.

El día veinticuatro: ‘Llovió y empaqué. Krishnaji, se sintió mejor otra vez. Cambié el Peugeot de Hertz por un Ford Taunus, para tener lugar para el equipaje mañana. Fuimos a la caminata habitual por el bosque. A nuestro retorno, Nadia llamó por teléfono para decir que Marcelle falleció en la tarde. Cuando le pregunté, durante su conversación con ella la semana pasada, Krishnaji dijo que no lo había previsto. Dijo: «No pude comunicarme con ella, estaba demasiado nerviosa»’. Había estado en Gstaad la semana anterior y acababa de irse.

El lunes veinticinco: ‘Cuando dejamos Gstaad, fue otro día frío y húmedo. Le dijimos adiós a Fosca, quién el miércoles parte para Italia. En Ginebra estaba templado. Como llegamos temprano, entonces condujimos un poco alrededor sin detenernos; luego le devolvimos el coche a Hertz en el aeropuerto y volamos en la Swiss Air hacia Londres. Nos recibió Dorothy. Era un día encantador, tibio y soleado en Inglaterra. Brockwood estaba hermoso y tranquilo. Solo unos pocos de nosotros estamos aquí. El silencio es extraordinario. Krishnaji, comentó sobre lo ruidoso que se ha vuelto Gstaad, y que era bueno volver a nuestros propios cuartos aquí’.

Al día siguiente: ‘Desempacamos y ordenamos las cosas. Escuché un extenso casete de mi hermano informándome sobre su vida desde la última vez que lo vimos en París. Krishnaji no durmió muy bien, pero caminamos en la tarde. Estuvo muy caluroso’.

El miércoles veintisiete: ‘El Mercedes arrancó enseguida. Lo llevé a West Meon a cargar gasolina y por recados. Otra vez, caminamos en la tarde’.

Al día siguiente: ‘Llevé al Mercedes al taller de la West Meon Motors para ser lavado, y caminé de vuelta a Brockwood. Fue un día tan caluroso que Krishnaji, Dorothy y yo caminamos solo por la arboleda’.

El veintinueve de agosto: ‘Krishnaji y yo fuimos a Londres. Almorzamos en Fortnum, luego compramos libros. Él visitó al dentista Hamish Thompson, quién le puso dos amalgamas. Me estoy resfriando’. Esto explicaría por qué no hay anotaciones para el día treinta; para el treinta y uno solo dice: ‘Krishnaji habló al personal’. Luego, hay dos páginas en blanco para los primeros dos días de septiembre.

Para el tres de septiembre, mi diario dice: ‘Me encontré con Mary L. en la estación de trenes, ella almorzó con nosotros y pasamos la tarde juntos. Llegó Anneke Korndorffer’.

El día cuatro: ‘Me encontré en Petersfield con la señora Davinia Hughes, le mostré el Parque de Brockwood y conversamos de una posible entrevista televisiva con Krishnaji, conducida por George Stefan Troler, para la televisión alemana. Más temprano, Krishnaji habló con Balasundaram, respecto a su responsabilidad sobre todo el trabajo en India. Él dudaba de ir allá en el invierno. Todos los consejos de Radha Burnier, Achyut, e incluso de Pupul, eran de esperar hasta que las cosas se aclaren. Hablé con Fleur Cowles, que ayer llegó de España, para aconsejarnos sobre la solicitud de ciudadanía británica para Krishnaji, pero como ella no tiene influencia en el Ministerio del Interior, consintió en un plan de consultar a un miembro del parlamento de este distrito para que nos ayude. Ian Hammond y Robert Wiffen nos dieron noticias lamentables. Le debemos a Hants’…

S: A los contratistas.

M: …Sí, a los contratistas Hans, ‘unas 8.000 a 10.000 libras esterlinas de más, que Dorothy no tiene. La familia Sweeton llegó recientemente: el padre, la madre, los tres hijos y un bebé, para construir los garajes y los lavaderos. Ellos donan todo el trabajo, pero nosotros tenemos que pagar por los materiales. Ofrecí el Mercedes Benz a Brockwood para que lo vendan. Más tarde, Ian se ofreció para comprarlo, pero Krishnaji y Dorothy dijeron que esperemos y veamos nuestra posición luego del “encuentro”.

El cinco de septiembre: ‘Trabajé mayormente en el escritorio. Acomodé los ramos de flores. Está llegando la gente para el encuentro. Una de las mujeres chifladas que estuvo problemática en Saanen, llegó en su camioneta, pero Dorothy le dijo que no se podía quedar. La casa estaba repleta para la cena. Anneke estaba aquí. Pascaline Mallet, Madrisa Samuel, y la señora Banzet que donó 1.000 libras esterlinas. También Giselle Elmenhorst. Los Digby están en el ala occidental’.

Al día siguiente: ‘Krishnaji, dio la primera charla en Brockwood, en una carpa que se desbordaba de gente. El clima estaba bueno. Krishnaji preguntó: «¿Cuál es la acción correcta para sobrevivir con libertad, en un mundo que se desintegra?» Esta es la cuestión que él y David Bohm estuvieron conversando como un tema para la conferencia en Ojai, en la próxima primavera. Después, Krishnaji comió en la carpa. Dorothy, dijo que hoy hicimos 1.300 libras esterlinas con la venta de la comida. En la tarde, hubo una reunión del comité alemán de publicaciones con los Digby, Cadogan, Edgar Graf, Giselle Elmenhorst y Fritz Wilhem. Fue constructivo. Graf y Wilhem, dijeron que George Stefan Troler, hace un trabajo excelente para la televisión, e instaron a Krishnaji para que le dé una entrevista’.

El día siete: ‘Krishnaji dio su segunda charla, sobre el miedo y el placer. Fue una de esas charlas que a una la desarman. Sentí que en estos temas, era la más completa. Comimos en la carpa que rebalsaba de gente. Llegó una chica que le había escrito a Krishnaji, después de una horrible experiencia en Francia, y pudimos conseguirle un cuarto. Se llamaba Michaela Morgan’.

El día ocho: ‘Krishnaji, conversó con Balasundarum sobre los problemas en India; dijo que dependía de él, crear algo en el valle de Rishi y en todo el resto del trabajo en India. Mientras hablaba, decidió no ir a India este año. Tomé notas de todo lo que se dijo. Al atardecer, caminamos por un nuevo camino en los campos. Lina Reddy, una ex alumna del valle de Rishi, bailó’. Tú estabas allí. ¿Te acuerdas de esto?

S: ¡He visto tantas bailarinas indias!, que me es difícil… [Risitas de ambos].

M: El nueve de septiembre: ‘Krishnaji tuvo una discusión en la carpa. Muchos vinieron a pesar de la lluvia. Fue respecto a la percepción alerta(2). Anneke, hizo preguntas sobre la biografía, y Krishnaji dio respuestas excelentes. Durante la reunión, Dorothy tuvo molestias en su ojo y casi no pudo ver hacia el final. Fue al doctor. Krishnaji puso sus manos en una niña, Emma Jenkins, de cuatro años’. ¿Te acuerdas de esa niña?

S: ¡Ah, sí!, la recuerdo.

M: La hija de Peter Jenkins, que tenía leucemia. ‘Llegó de Nueva York, una carta del doctor Wolf. Krishnaji y yo lo veremos allá. Krishnaji, quiere irse de aquí el quince de octubre. Caminamos otra vez por el nuevo camino a través campo. Balasundaram vino con nosotros’.

El día diez: ‘Krishnaji y Balasundaram hablaron sobre el Valle de Rishi, etcétera, y yo tomé notas. Él definitivamente decidió no ir a India esta vez, y va a volar a los Estados Unidos el quince de octubre. En la tarde, dio una corta entrevista a Michaela Morgan. Caminamos a través del campo’.

Al día siguiente: ‘Krishnaji tuvo la segunda discusión pública en la carpa, y su usual almuerzo allí. Trabajé en mi escritorio, y luego caminamos’.

El día doce: ‘Krishnaji tuvo su tercera y larga discusión con Balasundaram respecto a India; y sobre todo esto, también le escribió una carta a Pupul. Balasundaram, formuló un plan constructivo para el Valle de Rishi y para el resto del trabajo, el cual fue aprobado por Krishnaji, y que también fue incorporado.

S: Hmm… ¿no tiene una copia de esa carta?

M: No, no creo tenerla. Tendré que buscarla en… ¡uf!, tengo una pila de cartas.

S: Sí.

M: El trece de septiembre: ‘Krishnaji, en la carpa de Brockwood dio su tercera charla. Hablé con tres jóvenes mujeres interesadas en Ojai y en la escuela de allí. Y con un hombre joven, que aquí dice llamarse… “¿Hannen?”, sobre el mismo tema’.

El catorce de septiembre: ‘Estuvo lluvioso y frío. Krishnaji dio su cuarta charla en Brockwood. A pesar del clima, ¡la carpa estaba repleta!… A las 13:00 horas, Terence Stamp trajo a Ravi Shankar, también a Alla Rakha(3) y a un grupo. Todos almorzaron con Krishnaji en la carpa.

A las 15:00 horas, Ravi Shankar y Alla Rakha, dieron un concierto de beneficencia en la carpa. Él fue recibido con entusiasmo, pero el frío y la lluvia, hicieron que la audiencia fuera pequeña. Finalmente, para la cena, todo fue completado. Krishnaji, rebosaba de energía, no descansó, ni caminó, pero no obstante, estuvo muy bien. Balasundaram se fue, llevándose todas las notas de lo que se conversó y que fue aprobado por Krishnaji’. Supongo que tengo copia de eso, realmente, tendría que revisar todas esas copias.

S: Me gustaría verlas, porque Krishnaji no dice nada sobre un plan para la educación, o sobre la organización de las escuelas; sería muy interesante.

M: Bueno, las puedes ver mañana.

S: Sí, está bien.

M: El día quince: ‘El clima está otra vez claro. La familia Sweeton, empezó su trabajo en los garajes. El Mercedes se muda al granero. La casa empieza a vaciarse de sus invitados. Escribí cartas todo el día. Krishnaji, Dorothy y yo caminamos por el campo’.

Al día siguiente: ‘Fui a Londres por la visa de Krishnaji. Fleur almorzó conmigo en Berkley. Yo fui a la inauguración del negocio de Paul Antee, en Prince’s Arcade (la “Galería del Príncipe”)’.

En los próximos dos días, solo hay trabajo de escritorio para mí. En la tarde, caminamos.

Luego en el día dieciocho: ‘A las 9:00 horas, asistí a una reunión de personal y empezaron a llegar los estudiantes. Whisper se escapó durante la caminata, pero volvió a casa cuando dejamos de buscarla’. [Risitas de S]

El diecinueve de septiembre: ‘Krishnaji y yo tomamos el tren a Londres. Mientras él tenía una medición en Huntsman, fui a la embajada de Estados Unidos por su visa. Llegué justo a tiempo para hacer la cola. Enviarán el pasaporte por correo. Mary L. se encontró con Krishnaji en Huntsman, ellos dos, Amanda y yo, almorzamos en Fortnum. A las 14:30 horas, Krishnaji, se hizo revisar los dientes por Hamish Thompson. Todo se hizo muy rápido, y tomamos un tren más temprano de lo habitual. En la tarde, hubo una reunión de personal, durante la cual mi hermano me llamó desde Nueva York. Él recibió mi carta sobre nuestros planes de viaje’. Bueno, sigue con cosas sobre él y mi madre. Hmm… ¡muy interesante!… [Efusivas risitas de S] ¡No voy a informar de esto!

S: No, no. Sé que no lo va a hacer, pero solo…

M: Bueno, te lo contaré después.

S: De acuerdo.

M: ‘Le hablé a Krishnaji al respecto. Dijo: «¡Qué vidas desperdiciadas que tiene la gente! ¡La sociedad está enferma, la cultura occidental ha arruinado al mundo!…» Le pregunté: “¿Dónde y cuándo fue mejor?”’ [Risitas de ambos]

‘Todos están ocupados, y llegaron los estudiantes. Krishnaji me dictó cartas, y yo… ¡trabajé y trabajé en el escritorio!… Caminamos por el campo. Whisper se escapó una vez más, y volvió a casa por sí misma’.

En el día veintiuno: ‘Llegaron todos los estudiantes. Suzanne y Hughes trajeron a su hija, Marjolaine, que este año fue una estudiante de aquí. Ellos pasaron la noche en el ala occidental. Krishnaji, Dorothy y yo caminamos. A Krishnaji le dolió la cabeza. El sábado, hablé con Vanda en Roma’.

El veintidós de septiembre: ‘Fue el primer día de escuela. La reunión de la escuela fue a las 9:00 horas. Tuvimos alrededor de veinte alumnos. Hablé por teléfono con el señor Troler de la televisión alemana, y también con el departamento de documentales de la BBC, respecto a las presentaciones de Krishnaji. Trabajé en mi escritorio, lavé ropa, etcétera. Krishnaji, otra vez puso sus manos sobre la niña de Jenkins’.

Al día siguiente: ‘Krishnaji habló a la escuela. Vinieron a hablar y a almorzar Topazia Alliata y una amiga de Winchester. Topazia se quedó en el ala occidental. Fue a Winchester para renovar la licencia de conducir de Krishnaji, pero volví justo a tiempo para caminar con él y Dorothy’.

Para el día siguiente, mi diario solo dice: ‘Escritorio’. Eso es todo.

El veinticinco de septiembre: ‘Llovió. Topazia vino con Krishnaji y conmigo en el tren a Londres. Él desayunó muy rápido y tenía dolor de estómago. Caminaba encogido mientras se fue a vestir. Dijo: «Puedo no estar bien para ir»; pero el dolor pasó, y lo hizo. La hora de tomar el tren de las 10:45 horas, parece ponerlo tenso, entonces se apura y se preocupa, cuando en realidad, tiene tiempo de sobra. Tener a Topazia que habla sin parar, garantiza un mayor desgaste. Durante todo el camino hasta Waterloo, habló sobre el comité italiano y Barabino, quien sigue su propio camino, al nombrar gente que nadie conoce para dirigir los grupos en toda Italia, en los que nadie sabe qué pasa. En el comité, está un tal señor Letteri, un hombre anticuado, quien se conmovió profundamente al asistir a una reunión de Barabino en Biella, donde este último, se sentó como un gurú, en la posición de loto, y sermoneó sobre Krishnaji a un grupo de homosexuales con maquillaje en los ojos’. [Risitas de ambos] Barabino colecta dinero, pero nadie de tal supuesto comité, ve alguna cuenta, sabe algo al respecto, o supuestamente quiere tomar responsabilidad. Krishnaji dijo: «Todos ustedes son responsables», y que era preferible que no tuvieran nada que hacer, en vez de hacer todo esto. Él quiere que el Boletín sea suspendido en Italia, que a Barabino se le prohíba usar su nombre, y que la lista de correo retorne a Cragnolini’. Como sabes, nunca ocurrió, jamás consiguieron de vuelta la lista de correo.

S: Sí, lo sé. [Risitas de ambos]

M: ‘Cragnolini, que es el presidente titular, debe enviar toda la información necesaria sobre las reuniones, etcétera, y Letteri puede ayudarlo. El nombre de Cragnolini debe aparecer en todos los Boletines de Italia. Topazia estuvo de acuerdo con la mayoría de todo esto, pero cuando llegamos al tema de Rajagopal, ella expresó su opinión que él nunca debería haber sido llevado a la corte. Ambos, Krishnaji y yo, señalamos de la manera más firme posible, que el común denominador en estos casos, es la responsabilidad jurídica y de otro tipo por las donaciones, etcétera; que incluye no otorgar derechos de permitirle a los Rajagopal y a Barabino, de actuar libremente con esos fondos, la posición del fideicomiso, etcétera.  Si alguien nos roba en lo personal, uno puede elegir no reclamarle al que se benefició, pero esa decisión personal no le es permitida a un síndico del fideicomiso, a cargo de las donaciones de la gente, etcétera. Hablamos detenidamente sobre de esto, pero Topazia, como Vanda nunca parecen entenderlo; no escuchan, solo expresan sus opiniones. Topazia, dice que el problema con Rajagopal, hace que la gente se sienta “descontenta”, a lo cual exploté, diciéndole que no me importa si la gente está descontenta, pero que sí me importa lo que a Krishnaji se le hizo. Agregué que si ella lo veía a él en problemas, ¿no iría a ayudarlo? Ella respondió que sí. Bueno, eso fue lo que terriblemente, uno descubrió, etcétera. Finalmente, llegamos a Waterloo, y le conseguimos un taxi a ella. Cuando subimos al nuestro, Krishnaji se golpeó la coronilla con el marco de la puerta del coche. Se sentó aturdido, masajeando su cabeza. Esto pasó; llegamos a Huntsman y a su clima tranquilizador para él’. [Risitas de ambos]

 ‘Caminamos bajo la lluvia hasta Fortnum. Krishnaji prefirió no usar impermeable. Almorzamos con Mary y Joe. Le contamos a Mary, que Topazia dijo que Vanda estaba afligida, al pensar que Mary quería las cartas de Krishnaji para su segundo volumen de la biografía. Mary se preocupó de esa interpretación de Vanda, y que no le pediría esas cartas, porque lo único que quería tener, eran los recuerdos de los hechos en la vida de Krishnaji. Él citó el tiempo en que el “rostro” cambió y “la voz” le pidió a Vanda que cuidara de él. Mary, dijo que esas cosas deben ser registradas y guardadas como una reseña, que debe ser publicado solo después de un plazo establecido. Mientras tanto, el segundo volumen, puede ser sobre el evolución de las enseñanzas’.


Nota del Editor: “El rostro” y el “rostro cambiante”, por lo que sé, es uno de los aspectos más intrigantes y esotéricos de Krishnaji. Mary y yo, hablamos detenidamente sobre esto, al menos en dos conversaciones posteriores; por lo tanto, no hay razón de adelantarse y tratarlo en este momento. Sin embargo, parece correcto indicar y destacar a nuestros lectores, respecto a la única entrada que anteriormente Mary hizo en su diario, en el día veintisiete de diciembre de 1969 (Capítulo 10): “Al ver el rostro, por ahora debería”… Para mí es claro que, esto es algo que Krishnaji le dijo a ella.


Mary L., bromeando, comentó de una frase que ella censuró de las cartas de Krishnaji a su madre. Desde Ojai él le escribió: «Me voy a Santa Bárbara, donde esquilmaré a una millonaria»[Ambos se ríen con ganas] ‘Para nuestro asombro y comicidad, Krishnaji dijo: «¡Sí, y ella solo donó cien dólares!»’. [Risas] ‘Era una tal señora Bliss. Para un hombre que no recuerda tantas cosas’, [risitas] ‘¡de repente se acordó de esto!’… [Más risas] ‘Dejamos a los Links, nos detuvimos para comprar queso, y bajo una lluvia imposible, pudimos tomar un taxi hasta John Bell y Croyden. Krishnaji le preguntó al taxista si nos podía esperar allí para luego llevarnos a Waterloo. ¡Por supuesto!, fue la respuesta. Krishnaji dijo: «Dejo este paquete en el taxi». El taxista preguntó: “¿No es una bomba, verdad?”’. [Risas] Krishnaji: ‘«No, solo es un queso Stilton». Hubo sonrisas. Krishnaji, colectó sus cosas en tiempo récord, y llegamos a Waterloo justo para zambullirnos en un vagón vacío, y en el camino de vuelta a Petersfield, leer todo sobre la captura de Patty Hearst. Allí llovía a cántaros. Después de un día agotador, me quedé tranquila cuando él volvió a su cama tibia’.


Nota del Editor: Este fue el período del bombardeo prolongado de los separatistas irlandeses (IRA) en Inglaterra. La pregunta del taxista no fue totalmente en broma.


Y al día siguiente, el veintiséis, tan solo dice: ‘Empaqué’.

S: ¿Solo empaqué?

M: Sí, me iba a Roma.

S: ¡Ajá!

M: ‘Hice los ejercicios y preparé nuestro desayuno. Hablé con el señor Morton por espacio en el garaje para guardar otra vez el Mercedes. Obviamente, Krishnaji quiere conservarlo, lo que disolvió mi oferta de donarlo a Brockwood. También hablé con Phyl Fry, e hice arreglos para tomar el té con ella el jueves. Ayer, Krishnaji vio en la mano de Mary L., el anillo de turquesa de su madre, y se acordó que él lo usó para ella. Ellas creían que él “magnetizaba” las cosas’.

S: Espere un poco, permítame extender un poco esto. ¿Krishnaji vio el anillo de Emily Lutyens en la mano de Mary?

M: Sí.

S: Krishnaji lo usaba para Emily Lutyens porque…

M: …él lo magnetizaba…

S: …porque ella creía que Krishnaji lo magnetizaba. ¿De acuerdo?

M: Perdóname.

S: Está bien, lo entiendo, pero esto es solo para los registros. Sé exactamente lo que fue. [Risitas]


Nota del Editor: Este “magnetizar” las cosas, especialmente piedras preciosas, continuará apareciendo -en la biografía-. Según tengo entendido, no tenemos ninguna explicación de Krishnaji, y las explicaciones de otras fuentes, algunas de las cuales son las tradicionales, varían mucho para proveer un consenso, las que no parecen ser confiables. Este es otro tema que cuando tuve la oportunidad, le hubiera querido preguntar a Krishnaji.


M: ‘Así fue como, esta mañana, él se puso mis cuatro anillos’. Son estos cuatro [M se los muestra a S]. ‘Y, cuando él me dijo que fuera cuidadosa de regresar a salvo, me los puso de vuelta en mis dedos, y sentí que ellos de verdad eran un talismán, su protección.

Dorothy y Doris, cortésmente insistieron en llevarme al aeropuerto. Nos paramos a comprar sándwiches en Runnymede. Tomé el vuelo de la British Airways para Roma, para visitar y quedarme con Filomena. A las 19:00 horas, estuve en su coche. Ella estaba sonriente, e invariablemente cariñosa. Fue una encantadora recepción de ella y de toda su familia. Hablamos y cenamos, lo que incluyó “Fior di Latte”’, que era un queso tipo mozzarella que me gustaba. ‘Ella se acordó de cuánto me gustaba. La artritis de su hombro está mejor, pero ahora le duele. Hablamos de Malibú. Es como si los años que estuvo con nosotros, la paz, la calma, el respeto entre nosotros, la convirtió en una extraña para su propia familia y amigos; y a ellos les molesta su implícito sentimiento de diferencia’.

S: Hm, hm, hm…

M: Bueno, luego, yo estaba en Roma, pero no quieres escuchar de esto.

S: Seguro… nos lo podría contar, también.

M: Bueno, ‘Vanda, que tenía que venir a Roma y con quien Filomena y yo hubiéramos almorzado, se quedó en Florencia por una huelga de trenes. Entonces, hablamos por teléfono. Le conté que Mary Lutyens no quiere sus cartas privadas de Krishnaji, etcétera, sino solo los registros de los hechos sobre de él, para la posteridad. Vanda, dijo que ella haría “todo lo que él diga” -refiriéndose a Krishnaji, y que va a hablar al respecto en Gstaad el próximo verano’.

El día siguiente, fue el domingo ocho: ‘Filomena y su hijo Mario me condujeron al aeropuerto. Cuando partí, le dije a Filomena que nos veríamos al año siguiente donde ella quisiera, en Brockwood en la primavera, o Malibú en el otoño’.

Regresé a Heathrow, en la British Air. Fue un caluroso día de sol en Roma y en Inglaterra. Luego de esperar una hora por mi bolso, tomé un taxi hasta Woking, y desde allí el tren a Petersfield. Me recibió Doris. Esta mañana, Krishnaji habló a la escuela sobre el miedo, y ayer, tuvo el décimo diálogo con David Bohm. Volví a Brockwood justo a tiempo, para tener lista la cena de Krishnaji en una bandeja, cuando regresara de su caminata. ¡Me siento tan bien de estar de vuelta!… y cuando él me preguntó, dije que valió la pena ido a visitar a Filomena’. Siempre me preguntaba: «¿Valió la pena?». No le gustaba que me fuera.

S: Lo sé.

M: El lunes veintinueve: ‘Mary L. [*] telefoneó. Le dije que Vanda está dispuesta a hacer lo que fuera necesario, por el segundo volumen de la biografía. Mary, contó sobre el anillo de turquesas de su madre, y agregó que éste, los deslumbraba, tanto a ella como a Joe, el día después de que Krishnaji se lo puso durante el almuerzo del viernes pasado. Joe, que no imagina esas cosas, dice que era la primera vez que personalmente, sabía de algo así.  Se lo conté a Krishnaji, quién asintió con la cabeza. Dijo que funciona mejor con las piedras preciosas, que con el oro. Me pidió mi anillo de diamante, que está en el banco de Malibú. A cambio, le di uno de zafiro estrella. Se lo puso en su dedo meñique durante la mañana, pero lo usará toda la noche, porque dijo que era mejor. Lavé la ropa, limpié la casa y trabajé en el escritorio. Él y yo caminamos con Whisper. ¡El campo está tan hermoso!… Al aroma del otoño en las hojas, se agrega al sentimiento de afecto por estar en este paisaje. En la tarde, Krishnaji vio al señor Rothman, de Argentina. Al atardecer, puse la grabación del décimo diálogo de la serie que el sábado pasado, Krishnaji tuvo con David Bohm. David me peguntó sobre “el proceso”, etcétera’.

 S: ¿Podría detenerla por un minuto? Porque creo que esto merece ser repasado: Krishnaji se puso el anillo de turquesas de la madre de Mary. Y luego, tanto ella como Joe, cuando él no tiene ninguna inclinación hacia lo esotérico, o…

M: Él dijo que era la primera vez que había experimentado…

S: …que había experimentado algo bastante inusual.

M: Sí, sí.

S: …porque después estaba deslumbrante.

M: Sí.

S: Sí, lo registramos. Pero tan solo quiero aclarar esto. Y también cabe señalar aquí, como según recuerdo, siempre que Krishnaji iba a almorzar a Fortnum con usted y Mary, ella traía el anillo, y él…

M: No todas las veces, sino ocasionalmente.

S: Bueno, cada vez que yo estuve allí, él se lo ponía.

M: Tal vez, sí; y después estaba diferente. La nieta de Mary una vez dijo espontáneamente: “¡Oh!, ¡lo haz hecho limpiar!”… sin saber que había pasado.

S: Sí, sí.

M: Y estos son los anillos de los que él estaba hablando.

S: Lo sé, sí. Hmm… Está bien.

M: Martes, treinta de septiembre: ‘Krishnaji, vino diciendo que había tenido tan extraña sensación, que no podría describirla. Más tarde, dijo que se había despertado a las 5:00 horas, sintiendo «algo extraño». Luego, lo sintió mucho más cuando se levantó a las 6:30 horas. «Hubo una tremenda energía» fluyendo por dentro. Parte de ello, «pudo haber sido» una premonición del telegrama que llegó esta mañana, firmado por Pupul, diciendo que Achyut, Sunanda, Balasundaram y ella, acordaron que “bajo las presentes circunstancias”, sería mejor que este año Krishnaji vaya a California. Krishnaji, dijo que estaba contento con el arreglo de ellos. De todos modos, él no hubiera ido, pero prefería no oponerse a la gente. En una carta de Nandini, ella contó haber soñado que dos veces le preguntó a Krishnaji: “¿Usted terminó con India?”, y que su respuesta fue: “Creo que sí”’.

‘Escribí catorce cartas. Caminamos a través de los encantadores campos. No hubo escarcha, las hojas de verano, todavía permanecen en los árboles y en los setos, de esta adorable tierra’.

Ahora es tiempo de detenernos. Son las 18:10 horas.

S: De acuerdo. Por lo tanto, lo dejamos aquí. Hoy no haremos una segunda parte de esto.



Notas del autor
:

[*] Afortunadamente, el apellido de soltera y el seudónimo como escritora de Mary Links (Lutyens), empieza con la misma letra. Esto, solo es para recordarles a los lectores, que se trata de la misma persona.



Notas del traductor:

(1) Del inglés original, acrónimo por “Central Intelligence Agency”, o Agencia Central de Inteligencia, estadounidense.

(2) Del inglés original “awareness”. Krishnamurti, aquí se refiere específicamente a la percepción alerta, un “estar despierto” (no referido al estado de vigilia), sino al estado de ser consciente, sea en uno mismo, como en la totalidad de algo.

(3)
– Terence Stamp, conocido novelista y actor inglés quién trabajó en más de 60 películas. Actualmente reside en Ojai, California, cercano al lugar de residencia de Krishnamurti, con quien tuvo encuentros y diálogos.
– Ravi Shankar, de origen indio, fue un conocido músico y compositor de cítara.
– Alla Rakha, de origen indio, fue un conocido cantante y músico de tabla, quien muy a menudo debutó con Ravi Shankar.


  • Traducción del original en inglés: Griselda y Carlos Díaz
  • Consultoras de inglés: Jennifer Howe y Patricia English
  • Consultas al autor: Dr. Scott H. Forbes

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